Las modas, los tipos de vida y las tecnologías transforman la sociedad y con ello uno de los símbolos más visuales de ella: las ciudades. La fisonomía de nuestro espacio urbano se va adaptando a las necesidades de cada momento y los edificios que en un principio fueron diseñados en aras de una funcionalidad muy concreta deben cambiar sus usos y adaptarse a lo que la sociedad demanda. Es el caso de esta fábrica de Holanda que vamos a visitar hoy. Fundada en 1856, la fábrica textil N.J. Menko, que aún luce orgulloso su nombre en la fachada, quedó relegada al olvido. Si en su momento su inauguración se vivió incluso con fuegos artificiales y fue uno de los negocios más boyantes de la ciudad, en los últimos años y antes de su restauración y reforma mostraba, en medio de un desolado descampado, una imagen muy decadente.
Sin embargo, la magia de las reformas ha recuperado este edificio, que hoy alberga apartamentos privados y un centro escolar. Veamos el cambio:
Así es como se encontraba la fábrica textil antes de la reforma. El edificio solo es una parte de lo que había sido en su momento. La fachada muestra las cicatrices de los edificios anexos que acabaron destruyéndose. Eso por no hablar del evidente abandono en el que se encuentra y que podemos comprobar observando los cristales rotos o las paredes en ruinas. Sin embargo, a pesar de su deprimente estado, la fábrica aún conserva algo de su dignidad, con esa torre cuadrada que desafía el paisaje fangoso que la rodea.
La reforma llevada a cabo no solo ha cambiado el uso de la fábrica que, tal y como dijimos en la introducción, hoy es un bloque de apartamentos donde también hay un centro escolar, además ha mejorado su aspecto, limpiando la fachada, ampliando las ventanas y dándole una uniformidad que antes no tenía. También ha construido nuevos anexos donde antes estaban las desaparecidas naves. El resultado es un diseño moderno y abierto que se adapta al nuevo rostro urbano de la ciudad.
Además de la fábrica, todo el entorno en el que se encontraba ubicada ha cambiado de cara. Donde antes solo había barro ahora se ha construido una amplia calzada que permite el paso a vehículos y peatones.
Como no podía ser de otra manera, en el interior nos encontramos con espacios diáfanos y amplios donde grandes ventanales dejan que fluya la luz que invadirá las aulas de esta escuela de primaria.
En homify ya hablamos de otros edificios que cambiaron su uso después de una reforma. Te dejamos aquí algunos: