Decoración zen: las claves para unos interiores en armonía

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
Restauración de una villa de los años 70., Laura Yerpes Estudio de Interiorismo Laura Yerpes Estudio de Interiorismo حمام
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Entre las señas de identidad de cualquier interior atractivo está el hecho de alcanzar el equilibrio y la armonía de sus elementos, dos premisas básicas que cumple a la perfección la decoración zen. Inspirada en la filosofía que lleva su nombre y procede de una corriente budista muy apreciada en Occidente, su aplicación al diseño y decoración de interiores se traduce en la creación de espacios relajantes que propicien el bienestar. Para ello, la sencillez es una de las piedras angulares sobre las que se asienta cualquier proyecto que persiga decorar la casa con estilo zen.

El baño, el salón o el dormitorio son escenarios habituales de decoración zen para interiores aunque, más allá de los muros del hogar, sus mantras son protagonistas de multitud de diseños de jardines que, en este caso, suelen identificarse con la estética de los jardines japoneses.  En este libro de ideas recopilamos algunos trucos básicos para decorar la casa con estilo zen.

​Decoración zen para interiores, el punto de partida

La estética minimalista es una de las más apreciadas dentro de la decoración zen para interiores y es que, en la práctica, comparten los principios de armonía y sencillez. Para alcanzar ese estatus relajante a través de la decoración zen es necesario plantear los escenarios desde una óptica esencial, esto es, prescindir de aquello que resulte artificial, simplificando las composiciones con el fin de crear atmósferas relajantes y agradables.  

La búsqueda de la armonía con la naturaleza y el entorno que nos rodea es otro de los mantras de la filosofía zen que apuesta por entornos tranquilizadores y equilibrados. En este sentido, el mantenimiento del orden y la pureza de las líneas son premisas básicas que, en cualquier caso, no suponen la renuncia a ciertos elementos decorativos vinculados a esta corriente. Velas, bonsáis y piedra forman parte de multitud de proyectos de decoración zen para interiores.

Grandes aliados

Además de las consideraciones previas al respecto de la sencillez, el equilibrio y la armonía, la decoración zen gusta de incluir entre sus ‘imprescindibles’ ciertos elementos muy característicos. Algunos de los objetos más representativos de esta corriente son el bambú, las fuentes o las decoraciones a base de piedras.

Las texturas también están muy presentes en este tipo propuestas, algo que se evidencia en el uso de materiales naturales. La madera natural, las alfombras suaves o los cojines mullidos son complementos que tienen cabida dentro de una decoración zen para el salón o el dormitorio. En la práctica, se trata de incorporar a la decoración de las estancias los elementos de la naturaleza, esto es, fuego, tierra, agua, metal y madera.

Decoración zen en el salón

Cualquier espacio es susceptible de rendirse a los encantos de esta filosofía pero imprimir una decoración zen en el salón es perfecto para realzar su naturaleza de espacio para la relajación. Los tejidos naturales han de estar presentes en la composición apostando por texturas y colores de aspecto ligero y tacto suave. Algodón, lino, lana… Las posibilidades al respecto son de lo más variopintas y permiten evocar multitud de sensaciones.

En lo que al cromatismo se refiere, los colores de la tierra son los más característicos de la decoración zen para interiores aunque, a la hora de decantarse por uno u otro, conviene elegir un tono principal y completarlo con otros en forma de accesorios tales como alfombras o cojines. El resultado será un espacio equilibrado y en armonía, señas de identidad de la decoración zen en el salón.

​El dormitorio

La serenidad y la evocación de la calma se presuponen en la atmósfera de cualquier estancia reservada al descanso y, en este sentido, una decoración zen en dormitorios resulta de lo más acertada. Las premisas planteadas para el salón, son válidas también en esta habitación de la casa en la que, además, conviene prestar especial atención a la iluminación. Apostar por luces bajas o apliques, capaces de crear una iluminación sutil e inspiradora es básico para trasladar la decoración zen a los dormitorios.

En términos de mobiliario, hay que tener siempre presente la sencillez y, en consecuencia, abogar por líneas limpias y diseños simples que, preferiblemente, estén realizados a base de materiales naturales. La simetría puede ayudar a mejorar la percepción espacial en dormitorios decorados con estilo zen.

En el baño

Como ya hemos visto, una de las claves de la decoración zen para interiores es el mantenimiento del orden. Dicho esto, la decoración de baños pequeños de inspiración zen es una gran opción. Si tenemos en cuenta se trata de estancias que no gozan de una superficie demasiado generosa, la organización es fundamental y esta corriente puede ayudar a mantener cada cosa en lugar.

La idea es simplificar la decoración reduciendo al mínimo los objetos decorativos para hacer que, en conjunto, se aprecie un diseño sencillo y sin estridencias. No obstante, siempre pueden introducirse ciertos accesorios propios del estilo zen tales como flores frescas o velas.

Otros escenarios

Los jardines japoneses son un buen ejemplo de la filosofía zen. Creados para su contemplación constituyen auténticos mundos en miniatura en los que, cada uno de los elementos de la naturaleza, busca estar representado. La elección de elementos naturales es básica a la hora de trasladar una decoración zen al jardín. Estatuas de metal, madera y fibras naturales, piedras y tejidos tienen cabida en estas composiciones que, además, también puedes diseñar en el interior del hogar.

Para conseguir un jardín con decoración zen para interiores no hace falta disponer de un gran espacio. De hecho, basta con trasladar a un recipiente dos de los elementos básicos de esta filosofía: arena y piedras. Si además incluimos algún elemento vegetal en forma de bambú, la composición será perfecta.

​Ideas de decoración zen baratas

¿Quién dijo que para añadir encanto a los interiores fuera necesario invertir una fortuna? La decoración zen es una opción barata. Partiendo de la premisa de la sencillez, parece evidente que no es necesario tener un presupuesto abultado para alcanzar la armonía propia de este tipo de ambientes de inspiración oriental. Los mini jardines zen de los que hablábamos en el epígrafe anterior, son un buen ejemplo de ello.

No obstante, existen otra serie de recursos a tu disposición, ideas para dotar a tus interiores de una decoración zen barata y muy atractiva. El capítulo de los aromas es altamente recomendable. La idea es que los espacios conecten con la naturaleza y, para ello, basta con recurrir a elementos tales como velas perfumadas, aceites esenciales o inciensos que despertarán nuestras capacidades sensoriales sin suponer un descuadre en el presupuesto.

Las plantas también constituyen un recurso altamente atractivo para una decoración zen barata. Más allá de las míticas composiciones con bambú, los bonsáis son un claro exponente de esa filosofía zen, además de quedar de maravilla como centros de mesa.

Establece tu presupuesto y prepárate para inundar tus interiores de armonía con la decoración zen.

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