Si buscas ideas que puedan inspirarte en tus futuros proyectos, hoy te mostramos una sencilla casa de campo cuyos espacios son sinónimo de buen gusto y funcionalidad.
Obra del despacho italiano Lormet, este proyecto de superficies reducidas, crea un espacio agradable, con mucho carácter y súper cálido. A continuación comenzamos el recorrido.
Cuando un proyecto no dispone de mucho metraje, la clave se encuentra en la distribución de los espacios: que sean funcionales y acogedores.
Por fuera esta casita de campo es una joya. Ubicada en un extenso jardín, el color blanco de la fachada contrasta con el verde del césped. Desarrollada en dos plantas, la fachada es de corte moderno con detalles minimalistas. Aunque también existe cierto guiño hacia el estilo tradicional y el techo inclinado es un ejemplo.
En esta imagen podemos apreciar los espacios que se generan en el exterior de la casa. Debajo de una pérgola de acero y transparencias se genera un pequeño espacio de reunión. Este elemento añade dinamismo y contrasta con los suaves muros de la fachada.
En el interior los tonos claros dominan los espacios. Sin embargo una furiosa pincelada en rojo se convierte en el detalle distintivo de la sala. Muebles y detalles en las paredes se visten con su hipnótico encanto. Obviamente, las piezas de diseño moderno también se destacan gracias a su forma y elegancia.
En cuanto a lo espacial, la imagen remite a un loft de los años 50 en Nueva York y, quizás, poco tenga que ver con esta casita de campo que veíamos al comienzo.
Los espacios son amplios y modernos. Arriba un pequeño estudio, abajo una sala con todas las comodidades. Una escalera en hierro y madera se encarga de comunicar estas estancias.
Las tonalidades neutras contrastan con pinceladas de colores más profundos como amarillo o rojo. El entrepiso se vuelca hacia la sala.
Las piezas de mobiliario sorprenden, en la planta baja, con sus líneas rectas. En cambio, en el entrepiso llaman la atención por sus curvaturas.
En el entrepiso se ubica un pequeño estudio. La altura de los techos logra que el espacio se sienta mucho más acogedor. Su estructura e inclinación añade carácter y mucho estilo. Una biblioteca se convierte en el lugar perfecto para almacenar cosas. Del otro lado, una baranda de acero demarca el límite de la estancia. La luz que entra por la ventana permite que el lugar se ilumine naturalmente.
Pasamos al baño y el estilo cambia radicalmente. El minimalismo es dominante en este pequeño baño. ¡Menos es más! y las líneas orgánicas y rectas lo demuestran. El equilibrio y armonía recae en el tono beige que viste los azulejos.
Este recorrido no puede finalizar sin una imagen de la casa durante la noche. Toda la fachada cobra vida gracias al diseño de iluminación artificial que se deja ver detrás de las ventanas. ¡Muy cálido y acogedor!
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