El caso que os traemos es un poco diferente de lo que solemos mostrar. Bueno, bastante. Generalmente enseñamos proyectos totalmente diseñados y llevados a cabo por expertos en los que el cliente, participa a la hora de expresar sus deseos e ideas, pero no en mucho más. Y esto es precisamente lo extraordinario de este libro de ideas. Los expertos del Estudio ZP recibieron la llamada de un padre que requería la ayuda profesional de estos arquitectos para poder hacer realidad un gran proyecto: construir una casa independiente para sus dos hijas universitarias dentro de su misma parcela. Aprovechando la existencia de una construcción antigua dentro del solar y siendo consciente de la necesidad de privacidad de sus hijas, no lo pensó dos veces y se lanzó a la aventura de construir él mismo un nuevo hogar. ¿Queréis conocer cómo acabó la historia? Ahora mismo os lo contamos.
Esta es la construcción que se encontraba dentro de la parcela y que se convertiría en el nuevo hogar de las dos hijas del propietario. Se encontraba en un estado bastante complicado, con humedades, estructura que había que reforzar y además, la construcción, aunque podía reutilizarse, necesitaba ser ampliada.
Esta fotografía muestra el comienzo de las obras, en concreto la ampliación. El material elegido ha sido el ladrillo, fácil de conseguir y económico. Ahora, las dimensiones de la casa son de 10 metros de largo por 7.5 metros de ancho. Un total de 75 m², espacio suficiente para las dos estudiantes.
Este es el estado final de la ampliación. Vemos en primer plano la construcción nueva, con unas ventanas que miran al jardín familiar compartido con la casa de los padres. Al fondo, la antigua construcción, que se ha mantenido después de la reforma necesaria.
En esta imagen en 3D podemos conocer de un vistazo la configuración del interior definitivo. La ampliación ha servido para ubicar las zonas comunes, con el salón y el comedor en la misma área, y la cocina, amplia y en forma de U, al fondo. Los dormitorios se han independizado de esta zona y cada uno de ellos cuenta con cama grande y espacio suficiente para el estudio.
La imagen muestra la cocina de la antigua construcción, pequeña y muy mal iluminada, con poco espacio para el almacenamiento. Veamos el cambio que se ha producido gracias a la reforma y a la ampliación de la vivienda.
La verdad es que no se puede comparar. La cocina ahora es espaciosa y muy luminosa y se abre al jardín por medio de unas ventanas horizontales. La idea de ubicar el frigorífico en ese lugar tiene un objetivo: separar la cocina del comedor de una manera amable y sin llegar a hacer usos de grandes y altos cerramientos que hubieran reducido la luz.
Aunque desde fuera pudiera parecer que la casa es pequeña, en el interior nos damos cuenta de que hay espacios suficiente para contar con estancias amplias y bien iluminadas. Ahora la casa cuenta con un comedor que antes no tenía, que se conecta con el jardín por medio de puertas acristaladas correderas.
No es necesario mucho espacio para conseguir un salón acogedor en el que querer pasar un buen rato charlando y descansando en compañía. Lo fundamental es un sofá y unos pequeños detalles de color, como vemos en la fotografía. Justo al lado de la mesa del comedor, se ha ubicado un sofá blanco con cojines de varios de rayas azules y otros marrones y blancos.
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El salón cuenta también con varias ventanas que conectan con el jardín familiar y permiten la entrada de luz natural. La elección del color blanco para las paredes y la mayoría de los muebles se ha hecho con la intención de no recargar el pequeño espacio.
Terminamos con la imagen de la gran ventana horizontal de la cocina a la que nos referíamos anteriormente. De esta forma, el color verde del jardín consigue colarse en los interiores, mientras el cocinar se hace una tarea muy agradable al poder disfrutar de las vistas exteriores.