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Les propongo un juego: recorran sus casas e identifiquen cuántos espacios vacíos tienen. Pueden estar ocultos bajo una escalera, en alguna esquina, entre dos muebles o en algún pasillo, entre puertas o paredes e incluso en las alturas, especialmente en casas o departamentos con techos muy altos.
¿No están muy seguros de qué hacer cuando los encuentren? No se preocupen, acá les daremos 7 ideas que les ayudarán a encontrarle potencial a esos pequeños lugares que seguramente ignoraban que tenían. Les garantizamos que cuando los tengan en uso se preguntarán cómo se las arreglaban sin ellos y se volverá un hábito incontrolable buscarle utilidad a cuando espacio vacío vean en su casa.
Tal vez esta imagen nos dará una mejor idea hasta que tengamos más práctica e ilustra un punto importante: a veces ese espacio negativo
como se suele llamar la parte vacía de una página se vuelve positivo con un toque de color.
Una vez que descubrimos esos rincones escondidos, es muy importante evaluar el equilibrio general del espacio, no queremos perder el balance o el flujo especialmente en zonas de paso. Buscamos lo utilitario, pero sin exagerar ni recargar los ambientes.
Si hemos decidido que no se crearía ningún desbalance podemos empezar a divertirnos eligiendo algún mueble o adorno especial. Un objeto loco y original, colores inesperados y un poco de creatividad hacen maravillas con estos espacios complementando o acentuando un área entera.
Nada eleva el espíritu como el contacto con la naturaleza e incluso nuestra salud se resiente lejos de ella.
Poder disfrutar de un lindo jardín dentro de una casa o departamento es un lujo que mucha gente aún no sabe que podría darse. Es cuestión de saber dónde ubicarlo y para eso los espacios vacíos representan una gran oportunidad. No deben ser necesariamente grandes, se pueden improvisar con jardines colgantes, macetas o piedras si nos inclinamos más a la onda Zen.
Algo muy importante a tomar en cuenta serán las condiciones de luz y aire para las plantas que formarán parte de nuestro jardín. Hay una enorme selección de plantas de interiores que oxigenarán la casa entera con unos pocos cuidados.
No hace falta mucho espacio para crear un lugar íntimo, donde dos personas puedan sentarse cómodamente y disfrutar poniéndose al día. Son ideales cuando tenemos invitados y se forman distintos grupos o para charlar en privado con algún amigo.
Dos sillas o sillones cómodos y tal vez una mesita auxiliar donde apoyar una taza de café o té o una copa de vino, hacen toda una diferencia y dan una sensación mucho más informal y menos ceremoniosa que recibir en el living. Estos rincones cuando se amueblan con creatividad suelen tener un carisma especial.
Los amantes de los libros tenemos siempre el problema de no tener dónde guardarlos y saber que seguiremos comprando y siempre hará falta más espacio.
Es el momento de poner nuestro ingenio a funcionar y utilizar esos lugarcitos que nos puedan brindar un área de lectura improvisada. La idea no es que sea simplemente un espacio de guardado, un cómodo almohadón puede ser suficiente para que los ratones de biblioteca se sienten allí mismo a disfrutar de un buen libro. De esta forma durante nuestra próxima visita a la librería vamos a sentir la conciencia un bastante más liviana que las pesadas bolsas que solemos llevarnos de ahí.
La vida moderna cada vez hace más fácil trabajar desde casa. Un espacio donde podamos sentarnos tranquilos frente a la computadora siempre se agradece, aunque no haya sido la intención inicial al mudarnos. Por otro lado, puede ser que no trabajemos
desde casa en el sentido estricto de ganarnos la vida, pero siempre vamos a tener que utilizar la computadora varias veces a la semana y hacerlo desde el comedor o el living convertiría el área social en un espacio más bien desprolijo.
Para ir con los tiempos no estaría de más ir planeando un home office en algún espacio en desuso. Puede ser más simple de lo que parece y las molestias que podría ocasionar el proyecto en sí se compensan ampliamente una vez que disponemos de nuestro estudio u oficina caseros.
Los estantes son maravillosos en su simpleza. Pueden ir materialmente en cualquier lado y proporcionan el codiciado espacio de guardado que, sin importar cuán grande sea nuestra casa, siempre parecemos necesitar. Prácticamente no hay superficie vertical u horizontal a la que no se le pueda sumar algún tipo de estante y se hacen de todos los materiales imaginables: madera, vidrio, pasando por plástico o melamina.
Su mantenimiento es más simple que el de los cajones que también los superan en precio y son superficies fáciles de limpiar que no solamente cumplen una función práctica, sino también decorativa siendo el marco ideal para tantas cosas que atesoramos. Vale la pena probar darles color, creando un efecto más alegre.
La vida es más fácil cuando tenemos lavarropa. Si bien algunas nuevas construcciones apuestan a la idea de un laundry compartido, la mayoría de nosotros prefiere la comodidad de tenerlo dentro de casa.
El problema es que este electrodoméstico ocupa lugar, así que los rincones para ubicarlo no abundan y es ahí donde debemos hacer uso con habilidad de algún espacio vacío. Una forma de hacer que el lavarropa se mimetice con el ambiente es comprarlo blanco y apoyarlo en una pared también blanca para que pase desapercibido.
La búsqueda de espacios vacíos suele ser algo que ocurre en casas que ya han sido vividas, digamos. Rara vez lo hacemos en una casa nueva porque siempre tenemos proyectos más grandes y más urgentes que requieren nuestra atención. Pero una vez que el ritmo frenético de la mudanza o la construcción se aplaca, vale la pena poner manos a la obra y dedicarle algo de tiempo a estos toques finales.
