10 cocinas rústicas que te robarán el corazón

La primera de nuestras propuestas une al encanto del estilo rústico un cierto aire romántico que, en conjunto, confieren a esta cocina un aspecto familiar muy acogedor. La mampostería se convierte en una de sus señas de identidad aunque no faltan detalles. Los grandes ventanales alargados culminados en arcos de medio punto que permiten la entrada de luz natural, las encimeras de piedra pulida o los detalles del mobiliario en madera oscura hacen de esta cocina rústica el punto de partida perfecto para robarte el corazón. 

Como decíamos al inicio de este libro de ideas, las cocinas rústicas han dejado de ser patrimonio exclusivo de las casas de campo para colarse en los hogares de las grandes ciudades. Una de las consecuencias de esta introducción en ambientes más urbanos es la combinación de este estilo con estéticas más modernas. El carácter natural de los materiales de referencia de esta corriente, se mezcla a la perfección con líneas contemporáneas del mobiliario de esta cocina creando una atmósfera sencilla pero muy atractiva.

Uno de los elementos que más se repite en el diseño de cocinas rústicas es el empleo de cerámica como revestimiento para paredes y suelos. La decoración a base de patrones con ciertas reminiscencias tradicionales confieren a este tipo de espacios una estética muy particular que denota calidez. Si a estos detalles sumamos el hecho de que, como sucede con el estilo mediterráneo, hablamos de espacios bañados de luz natural, el resultado no podría ser más acogedor. 

Siguiendo con la idea de combinar estilos, es posible conseguir una cocina rústica con ciertos toques de modernidad mediante la yuxtaposición de materiales de estéticas contrapuestas. La piedra, por ejemplo, es un material muy tradicional que, sin embargo, en este espacio consigue añadir cierto aire contemporáneo. La iluminación elegida, que resalta de un modo muy acertado la presencia de este revestimiento, es un factor clave para conseguir una atmósfera visualmente espectacular. 

Lejos de lo que pueda parecer, las cocinas rústicas cuidan los detalles al máximo con el fin de alcanzar una sintonía perfecta entre sus elementos. El uso del color, creando combinaciones de distintas tonalidades dentro de una misma gama cromática, suele ser un recurso muy acertado para conseguir diseños armoniosos e inspiradores. Podemos completar el diseño con útiles antiguos o desgastados para trasladar ese carácter tradicional a la decoración. 

La idea de que los espacios rústicos tienden a ser descuidados no tiene fundamento alguno, de hecho, la elegancia es una característica apreciable en multitud de propuestas que abrazan esta corriente. En este ejemplo, ese gusto por la sofisticación se percibe, entre otras cosas, en detalles como las lámparas de líneas distinguidas. Los patrones vuelven a ser protagonistas de una decoración que se completa con un mobiliario que recuerda, en parte, a ambientes eclécticos 

¿Quién no ha sucumbido en alguna ocasión al encanto de la tradición? En esta cocina costaría resistirse a cualquier guiso y es que el ambiente es de lo más propicio para deleitar al paladar con las recetas de toda la vida. Esta sensación es, en buena medida, consecuencia de la atmósfera creada gracias a la cantidad de elementos propios de los mejores diseños de cocinas rústicas: vigas de madera, cerámica en tonos pastel, una pila de piedra… Un entorno mágico para una cocina capaz de robar el corazón a cualquiera. 

El estilo rústico y el industrial comparten el gusto por ciertos materiales y, teniendo en cuenta esa similitud, no es extraño encontrar diseños que se sitúen entre una y otra corriente. El ladrillo de las paredes así como el uso de cemento para las encimeras le confieren a esta cocina un aspecto desenfadado que añade un cierto aire divertido gracias a las lámparas. La madera se presenta en este caso como un material con gran peso estético aunque con una estética muy natural y poco tratada. 

Apostar por una cocina rústica no tiene por qué suponer renunciar a una estética divertida y vitalista y, como dice la sabiduría popular: para muestra, un botón. En este diseño reconocemos elementos que hemos ido repasando a lo largo de este libro de ideas: la cerámica, los patrones, muebles de madera y multitud de representaciones de tradición. Sin embargo, los tonos pastel de las paredes, el diseño del suelo o el amarillo que viste la isla central aportan un punto divertido a una estancia que parece de cuento. 

La modernidad también tiene cabida en una cocina rústica y combinar elementos de uno y otro estilo es más sencillo de lo que pueda parecer. En este diseño, la campana o la mezcla de materiales de los revestimientos de los muros aportan ese aire contemporáneo que encaja a la perfección con la atmósfera rústica que domina la sala. 

¿Quieres saber más sobre cómo combinar estilos en tu cocina? Descubre todo lo que necesitas saber en nuestro libro de ideas: 7 cocinas rústicas ¡y modernas!